EFE
REDACCION CIENCIA
Algunas proteínas de plasma sanguíneo podrían utilizarse para predecir, hasta diez años antes del diagnóstico, el riesgo de demencia por cualquier causa, enfermedad de Alzheimer y demencia vascular.
Un estudio que publica este lunes Nature Aging analizó los datos de 52.645 adultos sin demencias procedentes del Biobanco del Reino Unido, frente a investigaciones previas que se habían centrado en menos personas o en un número pequeño de proteínas.
El equipo de la Universidad de Shanghái (China) identificó los biomarcadores plasmáticos asociados a la predicción de la demencia y exploró su potencial para predecir el riesgo futuro de sufrir una de esas enfermedades.
El estudio hizo un seguimiento medio de 14 años, durante los que 1.417 participantes fueron diagnosticados de demencia, 833 en los 10 primeros años, informó la revista.
Además, analizaron 1.463 proteínas plasmáticas y descubrieron que las denominadas GFAP, NEFL, GDF15 y LTBP2 estaban asociadas de forma consistente con la incidencia de las demencias por cualquier causa, el alzhéimer y la demencia vascular.
Esa fue la base para que el equipo elaborara un modelo predictivo del riesgo de sufrir demencia en el plazo de 10 años y comprobaron que proteínas como la GFAP, que ya se sabía que estaban vinculadas a estas dolencias, resultaron tener un alto valor predictivo en el modelo.
Los niveles de GFAP empiezan a cambiar unos diez años antes del diagnóstico, lo que plantea la posibilidad de que esta proteína plasmática pueda ser un biomarcador potencial para la evaluación precoz del riesgo.
FÁRMACOS. Los fármacos utilizados para tratar la disfunción eréctil podrían estar asociados con un menor riesgo de padecer la enfermedad de Alzheimer, señala por otra parte un estudio publicado en Neurology.
El trabajo no prueba que ese tipo de medicamentos reduzcan el riesgo de sufrir alzhéimer, “solo muestra una asociación”, destacó la Academia Estadounidense de Neurología, que publica la citada revista.
En la investigación, encabezada por el University College de Londres, se examinaron los historiales médicos de 269.725 hombres con una edad media de 59 años a los que se había diagnosticado recientemente disfunción eréctil, pero que no tenían problemas de memoria ni de pensamiento al inicio del estudio.
En él se comparó el 55 % de los participantes a los que se había recetado fármacos para la disfunción eréctil con el 45% a los que no.
Estos tuvieron un seguimiento medio de unos cinco años y, durante ese periodo, 1.119 personas desarrollaron la enfermedad de Alzheimer.
Los datos recogidos se ajustaron a otros factores que podrían afectar a la tasa de alzhéimer, como la edad, el hábito de fumar y el consumo de alcohol.
El resultado fue que las personas que tomaban medicamentos para la disfunción eréctil tenían un 18 % menos de probabilidades de desarrollar alzhéimer que las que no, agrega la nota de la Academia Estadounidense de Neurology.
La investigación se basó en registros de recetas y los autores indicaron que la asociación entre medicamento y reducción de riesgo de la enfermedad fue mayor en quienes recibieron más recetas durante el periodo de estudio.