La ganadería afectada se encuentra en el norte del país, junto a la frontera con Austria y a unos 50 kilómetros de Kisbajcs, donde la Nébih ya había detectado hace tres semanas el primer brote de aftosa en los últimos 50 años en Hungría.
En la vecina Eslovaquia, el Gobierno decretó el martes el estado de emergencia sanitaria para todo el territorio nacional tras detectarse un total de cinco focos de la fiebre en el sur y el oeste del país, según informó la Administración Estatal Veterinaria y Alimentaria (SVPS) de ese país.
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Eslovaquia sacrificó hasta ahora casi 2.800 cabezas de ganado vacuno, de una población total de unos 400.000.
Ante esta situación, en Hungría las autoridades crearon una franja de 10 kilómetros a lo largo de la frontera común en la que queda prohibido el pastoreo del ganado vacuno y bovino hasta al menos el próximo 7 de abril.
Fácil propagación
Paralelamente, el veterinario general de Hungría, Szabolcs Pásztor, ordenó que antes del próximo lunes sean sacarificados en esta franja de seguridad todos los cerdos para evitar la propagación de la enfermedad.
La Nébih advirtió que la fiebre aftosa se propaga fácilmente, hasta con el viento y a largas distancias, principalmente entre bovinos, porcinos, ovinos, caprinos y búfalos.
Según datos oficiales, en Hungría había en 2024 más de 850.000 reses de vacuno, casi 900.000 ovinos, mientras que el de los porcinos supera los 2,5 millones.
Fuente: EFE.