Los senadores Patrick Kemper y Gilberto Tony Apuril, del Partido Hagamos, presentaron un anteproyecto de declaración por el que instan al Poder Ejecutivo a que los buses del proyecto Metrobús sean de movilidad eléctrica, con el fin de implementar la sostenibilidad en el sistema de transporte.
Esta normativa, según los proyectistas, fue elaborada en el marco de la ley de incentivo a la importación de vehículos eléctricos y la ley nacional de cambio climático. Alegan que de este modo se reducirían las emisiones de dióxido de carbono (CO2) provenientes de automóviles propulsados a combustible de origen fósil.
Mencionan que a nivel mundial los vehículos eléctricos están aumentando las ventas y que en Paraguay debería ser más incentivado, por sus diversas ventajas.
El ministro de Obras Públicas y Comunicaciones, Arnoldo Wiens, ya había manifestado su intención de que la flota de buses del proyecto Metrobús sea de movilidad eléctrica. El tema debería ser coordinado, indicó, con las empresas de transporte que operan actualmente en el país, porque aún queda por definir la operatividad una vez que los tramos estén culminados.
En 2016 el Gobierno de Horacio Cartes anunció el inicio de las obras y que el Metrobús funcionaría con combustible diésel. Pese a que Paraguay, junto con Brasil, tiene una de las represas más grandes del mundo (Itaipú Binacional), los cartistas alegaron la falta de recursos para implementar este sistema.
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Al comienzo, incluso, habían comentado sobre las bondades del sistema eléctrico, argumentado que, en comparación con la modalidad a diésel, permitiría millonarios ahorros anuales al Estado y la disminución de la contaminación por el recambio de buses movidos a combustible. Sin embargo, el discurso cambió y se inició la construcción como un sistema movido a gasoil.