En unas declaraciones firmadas por el mismo Mayo y que fueron compartidas a EFE por su abogado, Frank Pérez, Zambada reveló los detalles del día en el que fue traído a EEUU y vincula su “secuestro” con el asesinato del ex congresista Héctor Cuén Ojeda en Culiacán (Sinaloa).
Tras su sorpresivo arresto el pasado 27 de julio en El Paso (Texas) junto a Joaquín Guzmán López, uno de los hijos de El Chapo, diversas filtraciones a medios habían apuntado a que el Mayo había sido traído a territorio estadounidense engañado.
Los dos hombres fueron detenidos por autoridades estadounidenses al descender de un avión privado en un aeropuerto a las afueras de la ciudad fronteriza.
Guzmán López fue posteriormente trasladado a Chicago, donde ya se declaró culpable de los cargos que se le imputan por narcotráfico y se espera que El Mayo sea enviado a Nueva York, donde tiene acusación pendiente en la misma corte federal donde El Chapo fue condenado a cadena perpetua en 2019.
Relato. En el escrito, Zambada cuenta que la noche en la que fue traído a Estados Unidos, él había acudido a un “rancho” en las afueras de Culiacán (Sinaloa) para reunirse con el gobernador del estado, Rubén Rocha Moya, y el fallecido diputado Cuén Ojeda.
El propósito del encuentro, convocado por Guzmán López, en donde también iba a estar presente Iván Guzmán Salazar, otro de los hijos de El Chapo, era “resolver las diferencias entre los líderes políticos del estado”, según relata el texto.
El Mayo asegura que llegó al encuentro sobre las 11:00 (17:00 GMT), acompañado de “personal de seguridad” que incluía al “comandante de la Policía judicial de Sinaloa, José Rosario Heras, y que vio a Cuén Ojeda”.
Al entrar a una habitación, guiado por Guzmán López, El Mayo relata que le “tendieron una emboscada”: “Un grupo de hombres me saltaron, me tiraron al suelo y me colocaron una capucha de color oscuro en la cabeza”.
De ahí, continúa, fue llevado en la cajuela de un auto hacia un avión privado; una vez dentro de la aeronave, Guzmán López le quitó la capucha y lo ató al asiento.
POR LA FUERZA. ”La idea de que yo me entregué o cooperé voluntariamente es completa e inequívocamente falsa; me trajeron a este país por la fuerza y bajo coacción”, subrayó Zambada.
Con respecto a la muerte de Cuén Ojeda –al que se refirió como un amigo suyo de años– El Mayo subrayó en el texto que el político fue asesinado “a la misma hora y en el mismo lugar” donde lo “secuestraron” a él.
La Fiscalía de Sinaloa indicó el pasado 26 de julio que estaba investigando la muerte del político como un “intento de robo”.
Zambada ya se ha presentado en dos ocasiones para audiencias preliminares ante una corte federal de El Paso, donde se declaró no culpable de los cargos que se le imputan, incluyendo narcotráfico y lavado de activos.
Su caso en EEUU representa el fin de la vieja guardia del narco mexicano.
Mesura. Ante el temor de que se desate un ajuste de cuentas por su secuestro y posterior entrega a la Justicia estadounidense, Zambada hace un llamado a los sinaloenses a la “mesura y a mantener la paz” en su estado. “Nada se resuelve con violencia. Ya hemos recorrido ese camino y todos perdemos”, asegura.